Colombia es un país caracterizado por una constante lucha por el poder político y una guerra civil prolongada. A nivel gubernamental, tiene un rasgo que lo distingue del resto de los países de Latinoamérica: aún ningún proyecto de izquierda ha logrado alcanzar el Poder Ejecutivo en elecciones nacionales, ni siquiera durante el famoso “giro a la izquierda” del siglo XXI, dónde quién asume es el reconocido Álvaro Uribe.
Hay distintos motivos que pueden explicar este fenómeno. En primer lugar, un posible factor se relaciona con la tradicional vinculación de la izquierda a las guerrillas y el narcotráfico, dificultando la distinción entre izquierdas democráticas e izquierdas armadas. La mayoría de los electores tienen o al menos han tenido una visión de la izquierda como peligrosa, como amigos de la guerrilla que mata y secuestra.
En segundo lugar, podemos hablar de la fortaleza de los partidos liberal y conservador, asociado a las élites políticas, que excluyen absolutamente a las izquierdas de su proyecto de gobierno. Colombia tiene un sistema político altamente bipartidista, donde poco espacio solía caber para terceras fuerzas.
Sin embargo, en los últimos años, las distintas expresiones de la izquierda democrática han empezado a conformarse como actores de peso. Los diálogos de Paz de la Habana (2012) entre la guerrilla más antigua de Colombia (FARC) y el gobierno de Santos, suponen un antes y un después en la política colombiana. En 2018, Gustavo Petro logró el segundo puesto en los resultados de las elecciones nacionales y se consagró como el candidato de la izquierda más votado en la historia de Colombia.
Posteriormente y adentrados ya en la pandemia, no sólo la izquierda, sino también gran parte de la derecha colombiana, no está satisfecha con el desempeño del Ejecutivo. Este desprestigio del gobierno puede inclinar la balanza electoral de 2022 hacia un verdadero cambio de dirección. Pensando en las próximas elecciones, la izquierda está más fuerte que nunca, ya que sus líderes parecen haber comprendido que deben buscar coaliciones que hagan frente a un uribismo desgastado. ¿Se estará preparando el campo político para un ascenso de la izquierda finalmente?
Por Iael Gueler para INGOB.
Comments