El primer artículo de la Constitución Argentina plantea que nuestro país adopta una forma de gobierno representativa, republicana y federal. ¿Qué significa que nuestro país es Federal? Significa que está compuesto por veintitrés provincias y una ciudad autónoma con competencias ejecutivas, legislativas y judiciales propias, regidas por los términos que establecen sus constituciones. Esto es, que no tenemos un único nivel de gobierno, y en muchas materias, los Gobiernos Provinciales conservan su autonomía. Igualmente, las provincias no tienen soberanía, ya que reconocen el poder superior del Estado Nacional.
En términos de la distribución de competencias, la recaudación de impuestos es propia de las provincias. El problema es que en Argentina existe una gran desigualdad económica entre territorios, por eso, poco a poco, las provincias fueron delegando en el Estado Nacional la responsabilidad de la recaudación de muchos de ellos, dando origen al sistema de coparticipación federal de impuestos, que funciona como una transferencia de recursos del gobierno nacional a los gobiernos provinciales.
La ley de Coparticipación Federal (23.548) tuvo, desde su nacimiento, más de 160 modificaciones. Este sistema es muy controversial y ha generado conflictos y enfrentamientos entre los líderes provinciales, especialmente con la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, por la dificultad para lograr un acuerdo sobre su correcta distribución. La Ciudad de Buenos Aires genera el 20% de la recaudación nacional. Desde 2003 hasta 2016, se estableció que le correspondía un 1,4% de los fondos, Macri lo elevó al 3,5%, hasta 2020 en donde el conflicto volvió a explotar ya que Alberto Fernández decidió bajarlo al 2,32%.
El problema de la inequidad en la distribución afecta a muchas provincias, y disminuye la motivación de cada una de ellas para mejorar la recaudación de sus recursos propios. Si bien es claro que nuestro país necesita una política para solucionar esta desigualdad entre regiones, la coparticipación ha sido solamente un parche que beneficia a unos pocos y desata grandes problemas frecuentemente.
Por Iael Gueler para INGOB.
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