Uno de los grandes dilemas de las últimas elecciones de medio término era el resultado que iba a obtener en la Ciudad de Buenos Aires la lista que encabezaba Javier Milei, “La Libertad Avanza”. El economista es un boom en las Redes Sociales, especialmente en Twitter, donde interactúa y recibe el apoyo de un gran porcentaje de usuarios de la Ciudad, sobre todo el electorado joven.
En el último tiempo, la figura cuasi mediática de este funcionario fue muy observada por parte de la opinión pública, convirtiéndose en un fenómeno por su particular apariencia, su discurso polémico e histriónico y sus posturas extremas y disruptivas sobre diferentes temas, especialmente económicos.
Milei se autodefine como anarcocapitalista, corriente que propone la eliminación del Estado como agente económico y sostiene la importancia del libre mercado para garantizar la libertad. En momentos de cansancio y frustración por parte de la ciudadanía frente a la clase política -o “casta política” como él dice-, su diferenciación de todo funcionario tradicional resulto muy atractiva para el 17% de los porteños, logrando así posicionarse como una sólida tercera fuerza e instalar muchos temas de su interés en la agenda pública. Lo cierto es que el fenómeno Javier Milei es el renacimiento de una posible imagen positiva de la derecha y una liberación del tabú del mote “soy de derecha”, corriente muy dañada luego de las dictaduras militares.
Su resultado en las elecciones sin duda fue un éxito, pero, con su personalidad tan imponente, el gran dilema que surge es… ¿logrará conquistar a parte del electorado nacional o será solo un fenómeno local? ¿Se posicionará como un verdadero líder de una derecha en la Argentina o será un funcionario pasajero?
Por Iael Gueler para INGOB.